jueves, 28 de marzo de 2013

TEMA 3 ARTÍCULOS " DESCUBIERTO UN EDULTERANTE DE LA COCAÍNA QUE DEBILITA LAS DEFENSAS"

"DESCUBIERTO UN ADULTERANTE DE LA COCAÍNA QUE DEBILITA LAS DEFENSAS" EL PAÍS 22/07/11
El 91% de las dosis analizadas por una ONG eran fraudulentas y un 59% contenía Levamisol, un peligroso antiparasitario - Más de un 60% del éxtasis era falso.
Consumir cocaína es cada vez más peligroso. Al riesgo de alteraciones psiquiátricas, trastornos nutricionales, cardiopatías y problemas neuronales hay que sumar ahora la depresión del sistema inmunológico. Un adulterante, el Levamisol, es el culpable.

Energy Control, una ONG que analiza las drogas gratuitamente, estudió un total de 1.680 muestras obtenidas de consumidores en zonas de ocio de toda España. La mayoría estaban adulteradas. "Hay que aclarar que, en general, los que traen sus drogas a Energy Control es porque ya sospechan de su calidad porque se la han comprado a un vendedor desconocido", advierte uno de los médicos de la organización, Fernando Caudevilla.

El 91% de las 345 dosis de cocaína analizadas tenía adulterantes y el 23,2%, no tenían ni siquiera una pizca de esa sustancia. Solamente el 5,5% era pura. "En la cocaína hemos encontrado el mayor número de adulterantes", sostiene el informe. El más habitual es el Levamisol, presente en el 59%. Es un fármaco veterinario que se usa como antiparasitario y que produce una baja notable de los glóbulos blancos. Los usuarios dicen que incrementa la sensación del subidón.  "Si bajan los glóbulos blancos, encargados de las defensas, uno es más susceptible a las infecciones. Hay mayor probabilidad de que se presente cualquier tipo de infección y de que sean más graves", explica Caudevilla. "Consumir cocaína con Levamisol es mucho más peligroso que consumirla pura", advierte.

En los últimos 10 años bajó la pureza de todas las drogas y aumentó su precio.

Analgésicos, cafeína y anestésicos son otros de los adulterantes frecuentes, pero "el Levamisol es el que está despertando mayor preocupación por los potenciales efectos tóxicos que puede tener sobre los consumidores de cocaína por sus efectos tóxicos", señala el informe.
Rafael Guayta-Escolíes, del Observatorio de Medicamentos de Abuso del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, advierte, sobre el Levamisol, que "se ha visto en animales que, además de bajar los glóbulos blancos, altera la médula ósea".

Los datos del Ministerio del Interior muestran que en los últimos 10 años la pureza del gramo de cocaína se ha mantenido en torno al 50%, mientras el precio ha aumentado unos dos euros a lo largo de todo el período. Un gramo cuesta hoy entre 50 y 60 euros.

El éxtasis tampoco se salva. Y si es en pastillas, peor. El 61% de las dosis analizadas, de un total de 167, no contenía MDMA. Solo el 35% eran puras. Cada pastilla cuesta entre cinco y seis euros. En polvo, coloquialmente conocido como cristal, la pureza es superior. Más del 68% de las muestras, de un total de 515, contenían exclusivamente MDMA, sin ningún tipo de adulterante. El 15% tenía algún diluyente, lo que se usa para dar volumen y abaratar costes. Esto provoca menos efecto, por lo que se acaba consumiendo más. Un gramo de cristal cuesta lo mismo que uno de cocaína.
La anfetamina, conocida como speed, es la que se ofrece más diluida. De 254 muestras, el 73,2% contenía diluyentes y adulterantes y solo el 1,2% era anfetamina pura. En el 81% de los casos, el diluyente era cafeína, que tiene efectos leves para los consumidores. El gramo de speed cuesta entre 20 y 25 euros. Por último, la ketamina, utilizada para anestesiar parcialmente a los animales y también para curar quemados o tratar a embarazadas, está en expansión, principalmente en zonas como India y África, según Energy Control. El 55%, de un total de 40 muestras, tenía máxima pureza, y el 27,5% tenía adulterantes.

Luis Bononato, médico y director del Proyecto Hombre en la provincia de Cádiz, que trabaja en rehabilitación de drogodependientes, sentencia que quienes venden drogas adulteradas "están envenenando" a quien las compra y, sobre los diluyentes, advierte: "Si el efecto tarda más en producirse, el adicto va a consumir más hasta que lo logre y eso te puede llevar a una sobredosis". Más que un consumo responsable, como promueve Energy Control, Bononato insta a los consumidores a tomar conciencia de que "están poniendo su vida en manos de otras personas".
"Cuando mezclas, aumenta la toxicidad porque combinas los tóxicos de la droga con los de los adulterantes y los que se generan en la interacción de ambos", subraya Escolíes.
Frente a la decadencia de la calidad de las drogas tradicionales y los efectos nocivos que causan, la tendencia, según Escolíes, es buscar un consumo más "seguro". "Ahora quieren drogas con menos efectos adversos, por eso consumen fármacos medicamentosos que aminoran la abstinencia y causan efectos placenteros. Es lo que en Estados Unidos llaman abusador de medicamentos", explica.

Saber qué tienen las drogas y dominar su consumo es, para Escolíes, muy poco probable. "No creo que exista un consumo responsable. La línea es tan fina que es inexistente. Por definición, droga es todo químico que causa daño psíquico, físico o social y partiendo de esa base, su consumo no puede ser nunca responsable", sentencia.

Preguntas y respuestas:

1.¿Qué es una droga?
Está hecho de productos químicos, que causa daño psíquico, físico o social.

2.¿Qué es un "abusador de medicamentos"?
El que para poder drogarse consume fármacos medicamentosos que aminoran la abstinencia y causan efectos placenteros.

3¿Cuáles son los peligros de consumir cocaína?
Alteraciones psiquiátricos, trastornos nutricionales, cardiopatías, problemas neuronales y depresión del sistema inmunológico.

4.¿Cuántas de las dosis de cocaína, anfetaminas, Ketamina y éxtasis pastilla y polvo, analizadas estaban adulteradas? ¿Y cuántas puras?
El 91% de las 345 dosis de cocaína analizada tenia adulterantes, el 32,2% ni siquiera contenía cocaína, solo el 5,5% eran puras.
El 61% de las dosis de éxtasis en pastillas analizadas (de 167) no contenía MDMA, solo el 35% eran puras.
El 68% de éxtasis en polvo (conocido como cristal) ( de 515) contenía MDMA y solo el 15% tenía algún diluyente.
En la anfetamina el 73,2 % contenía diluyentes y adulterantes y solo el 1,2% era puro.
La ketamina (sirve para anestesiar animales, curar quemados y/o tratar embarazadas) de 40 muestras el 55% tenía pureza y el 27,5% estaba adulterada.

5¿Cuál es el efecto de la adulteración de las drogas?
El efecto tóxico, envenenan.
 
6.¿Cuáles son las adulterantes de la cocaína? ¿Cuál es el más peligroso y por qué?
Analgésicos ( Fenacetina), cafeína, anestésicos, Levamisol.
El Levamisol, porque produce una baja notable de glóbulos blancos y eso hace que sea más fácil coger una infección, tiene efectos tóxicos y altera la médula ósea.
 
7.¿Cuál es el diluyente del speed?¿Cuál es el efecto de los diluyentes de las drogas sobre el consumo de las mismas?
La cafeína, que tiene efectos leves.
Si el efecto tarda más en producirse el adicto va a consumir más hasta que lo logre y esto le puede llevar a una sobredosis.

TEMA 3 ARTÍCULOS "AVATARES DE LA MARIHUANA"

"AVATARES DE LA MARIHUANA" EL PAÍS 7/11/10
Se equivocaron los californianos al votar en contra de su legalización. El Estado debería tratar las drogas igual que el alcohol y el tabaco: dando libertad al individuo y sancionando el daño a terceros.
Los electores del Estado de California rechazaron el martes 2 de noviembre legalizar el cultivo y el consumo de marihuana por 53% de los votos contra 47%, una decisión a mi juicio equivocada. La legalización hubiera constituido un paso importante en la búsqueda de una solución eficaz del problema de la delincuencia vinculada al narcotráfico que, según se acaba de anunciar oficialmente, ha causado ya en lo que va del año en México la escalofriante suma de 10.035 muertos.

Esta solución pasa por la descrimi-nalización de las drogas, idea que hasta hace relativamente poco tiempo era inaceptable para el grueso de una opinión pública convencida de que la represión policial de productores, vendedores y usuarios de estupefacientes era el único método legítimo para acabar con semejante plaga. La realidad ha ido revelando lo ilusorio de esta idea, a medida que todos los estudios señalaban que, pese a las astronómicas sumas invertidas y la gigantesca movilización de efectivos para combatirla, el mercado de la droga ha seguido creciendo, extendiéndose por el mundo y creando unos carteles mafiosos de inmenso poder económico y militar que, como se está viendo en México desde que el presidente Calderón decidió enfrentarse, con el Ejército como punta de lanza, a los jefes narcos y sus pandillas de mercenarios, pueden combatir de igual a igual, gracias a su poderío,  con Estados a los que tienen infiltrados mediante la corrupción y el terror.

Su legalización en todo EE UU haría ingresar al fisco 8.000 millones de dólares anualmente.

No veo por qué el Estado prohíbe que una persona fume marihuana siempre que no dañe a los demás.
 
Los millones de electores californianos que votaron por la legalización de la marihuana son un indicio auspicioso de que cada vez somos más numerosos quienes pensamos que ha llegado la hora de cambiar de política frente a la droga y reorientar el esfuerzo, de la represión a la prevención, cura e información, a fin de acabar con la criminalidad desaforada que genera la prohibición y los estragos que los carteles del narcotráfico están infligiendo a las instituciones democráticas, sobre todo en los países del Tercer Mundo. Los carteles pueden pagar mejores salarios que el Estado y de este modo neutralizar o poner a su servicio a parlamentarios, policías, ministros, funcionarios, financiar campañas políticas y adquirir medios de comunicación que defiendan sus intereses. De este modo dan trabajo y sustento a innumerables profesionales contratados en las industrias, comercios y empresas legales en las que lavan sus cuantiosas ganancias. Esa dependencia de tanta gente de la industria de la droga crea un estado de ánimo tolerante o indiferente frente a lo que ella implica, es decir, la degradación y desplome de la legalidad. Ése es un camino que conduce, tarde o temprano, al suicidio de la democracia.
 
La legalización de las drogas no será fácil, desde luego, y, en un primer momento, como señalan sus detractores, traerá sin duda un aumento del consumo, sobre todo, en sectores juveniles. Por eso, la descriminalización sólo tiene razón de ser si viene acompañada de intensas campañas informativas sobre los riesgos y perjuicios que implica su consumo, semejantes a las que han servido para reducir el consumo del tabaco en casi todo el mundo, y de esfuerzos paralelos para desintoxicar y curar a las víctimas de la drogadicción.

Pero el efecto más positivo e inmediato será la eliminación de la criminalidad que prospera exclusivamente gracias a la prohibición. Como ocurrió con las pandillas de gánsteres que se volvieron todopoderosas y llenaron de sangre y de muertos a Chicago, Nueva York y otras ciudades norteamericanas en los años de la prohibición del alcohol, un mercado legal acabará con los grandes carteles, privándolos de su cuantioso negocio y arruinándolos. Como el problema de la droga es fundamentalmente económico, económica tiene también que ser su solución.

La legalización traerá a los Estados unos enormes recursos, en forma de tributos, que si se emplean en la educación de los jóvenes y la información del público en general sobre los efectos dañinos para la salud que tiene el consumo de estupefacientes puede tener un resultado infinitamente más beneficioso y de más largo alcance que una política represiva, la que, aparte de causar violencias vertiginosas y llenar de inseguridad la vida cotidiana, no ha hecho retroceder un ápice la drogadicción en ninguna sociedad. En un artículo publicado en The New York Times el 28 de octubre, el columnista Nicholas D. Kristof cita una investigación presidida por el profesor de Harvard Jeffrey A. Miron en la que se calcula que sólo la legalización de la marihuana en todo Estados Unidos haría ingresar anualmente unos 8.000 millones de dólares en impuestos a las arcas del Estado, a la vez que le ahorraría a éste una suma equivalente invertida en la represión. Esa gigantesca inyección de recursos volcada en la educación, principalmente en los colegios de barrios pobres y marginales de donde sale la inmensa mayoría de drogadictos, reduciría en pocos años de manera drástica el tráfico de drogas en ese sector social que es el responsable del mayor número de hechos de sangre, de la delincuencia juvenil y el desquiciamiento familiar.
 
Nicholas D. Kristof cita también la conclusión de un estudio realizado por ex policías, jueces y fiscales de Estados Unidos, donde se afirma que la prohibición de la marihuana es la principal responsable de la multiplicación de pandillas violentas y carteles que controlan la distribución y venta de la droga en el mercado negro obteniendo con ello "inmenso provecho". Para muchos jóvenes pobladores de los guetos negros y latinos, ya muy golpeados por el desempleo que ha provocado la crisis financiera, esa posibilidad de ganar dinero rápido delinquiendo resulta un atractivo irresistible.

A estos argumentos pragmáticos a favor de la descriminalización de las drogas sus adversarios suelen responder con un argumento moral. ¿Debemos, pues, rendirnos, alegan, al delito en todos los casos en que la policía se muestre incapaz de atajar al delincuente, y legitimarlo? ¿Esa debería ser la respuesta, por ejemplo, ante la pedofilia, la brutalidad doméstica, la violencia de género, fenómenos que, en vez de disminuir, aumentan por doquier? ¿Bajar los brazos y rendirnos, autorizándolas, ya que no ha sido posible eliminarlas?

No se debe confundir el agua y el aceite. Un Estado de derecho no puede legitimar los crímenes ni los delitos sin negarse a sí mismo y convertirse en un Estado bárbaro. Y un Estado tiene la obligación de informar a sus ciudadanos sobre los riesgos que corren fumando, bebiendo alcohol o drogándose, por supuesto. Y de sancionar y penalizar con severidad a quien, por fumar, emborracharse o drogarse causa daños a los demás. Pero no parece muy lógico ni coherente que si ésta es la política que siguen todos los gobiernos en lo que concierne al tabaco y al alcohol, no la sigan también en el caso de las drogas, incluidas las drogas blandas, como la marihuana y el hachís, pese a estar más que probado que el efecto pernicioso de estas últimas para la salud no es mayor, y acaso sea menor, que el que producen en el organismo los excesos de tabaco y de alcohol.

No tengo la menor simpatía por las drogas, blandas o duras, y la persona del drogado, como la del borracho, me resulta bastante desagradable, la verdad, además de cargosa y aburrida. Pero también me disgusta profundamente la gente que en mi delante se escarba la nariz con los dedos o usa mondadientes o come frutas con pepitas y hollejos y no se me ocurriría pedir una ley que les prohíba hacerlo y los castigue con la cárcel si lo hacen. Por eso, no veo por qué tendría el Estado que prohibir que una persona adulta y dueña de su razón decida hacerse daño a sí misma, por ejemplo, fumando porros, jalando coca, o embutiéndose pastillas de éxtasis si eso le gusta o alivia su frustración o su desidia. La libertad del individuo no puede significar el derecho de poder hacer solo cosas buenas y saludables, sino, también, cosas que no lo sean, a condición, claro está, de que esas cosas no dañen o perjudiquen a los demás. Esa política, que se aplica al consumo de tabaco y alcohol, debería también regir el consumo de drogas. Es peligrosísimo que el Estado empiece a decidir lo que es bueno y saludable y malo y dañino, porque esas decisiones significan una intromisión en la libertad individual, principio fundamental de una sociedad democrática. Por ese camino se puede llegar insensiblemente a la desaparición de la soberanía individual y a una forma encubierta de dictadura. Y las dictaduras, ya lo sabemos, son infinitamente más mortíferas para los ciudadanos que los peores estupefacientes.

Preguntas y respuestas:

1.¿Qué solución propone el autor para atajar el problema de la droga?
Pues que no tendría que ser prohibida porque cada persona es responsable de sí misma, siempre y cuando no dañe la vida del que está a su alrededor como por ejemplo el tabaco o el alcohol, y si las prohíben que hagan lo mismo que con el tabaco y el alcohol que también se considera una droga.

2¿Cuál es la política que se sigue en todo el mundo en la lucha contra la droga? ¿Con qué resultados?
Pues prohibirla concienciando a todo el mundo de lo que producen. Los resultados no serán nada buenos porque cada vez hay más gente que lo consume y más gente que muere tanto por consumirlas que cómo por el narcotráfico.

3.¿Qué haría falta, según el autor, en un primer momento, para poder legalizar las drogas?
Que se den cuenta que prohibiendola aumentan la criminalidad y que lo primero que deben hacer es intensas campañas informativas sobre los riesgos y prejuicios que implican su consumo.
4¿Qué se conseguiría con esta nueva estrategia?
Concienciar a las personas de que las drogas no son buenas, bajara notablemente el consumo.

5¿Qué gente depende de la industria de la droga y cuál es el resultado de esta dependencia?
Empresas, personas que quieren dinero fácil, personas enganchadas, acaban en la cárcel o muertos, muy pocos de los que dependen de esa industria salen de hay.

6.¿Cuánto se calcula que ahorrarían en USA al legalizar las drogas?
La legalización de la marihuana en Estados Unidos haría ingresar anualmente 8000 millones de dólares impuestos a las arcas del Estado, a la vez que le ahorraría a este una suma equivalente invertida en la represión.

7.¿Qué opinan expolicías, jueces y fiscales sobre la prohibición de la marihuana?
Afirman que la prohibición de la marihuana es la principal responsable de la multiplicación de pandillas violentas y carteles que controlan la distribución y venta de la droga en el mercado negro obteniendo con ello un "inmenso provecho".

8.¿Es coherente la política que siguen los gobiernos con el tabaco, el alcohol y drogas?
No es coherente ya que deberían seguir la misma política que tienen para el tabaco y el alcohol en las drogas, incluidas las blandas (marihuana y hachís) que incluso pueden ser menos dañinas que el exceso de tabaco y alcohol.
9.¿Cuál es el argumento moral que utilizan los detractores de la legalización de las drogas?
La explicación que dan es que al no ser posible atajar el problema de la droga, hay que rendirse y autorizarla.

10.¿Qué responde el autor de este argumento moral contra la legalización de las drogas?
Un Estado que se rige por unas normas o leyes, no puede convertir un delito en algo legal o lícito, porque se negaría a sí mismo y se convertiría en un estado cruel, imprudente con sus ciudadanos.


11.¿Qué opina el autor de "borrachos y drogadictos"?
Le resulta bastante desagradable, además de cargosa y aburrida.

12.¿Cómo entiende el autor, la libertad del individuo y de la intromisión del Estado en la misma?
El Estado no debe decidir en las decisiones de cada persona, pero si dar la información necesaria para saber los efectos secundarios de estas drogas.


 

TEMA 3 ARTÍCULOS "RESITUANDO LAS DUDOSAS ALTERNATIVAS"

"RESITUANDO LAS DUDOSAS TERAPIAS ALTERNATIVAS" EL PAÍS

Para ver mejor el texto: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/12/27/actualidad/1324945490_787351.html
Aliviar un dolor cervical con un masaje en los pies, combatir mediante acupuntura unas migrañas que se resisten a todos los medicamentos o paliar los síntomas de un ataque de asma con gotas de un remedio homeopático. Puede que usted sea más partidario de la medicina tradicional y nunca se le haya ocurrido prestarse a estos tratamientos. Pero el 23,6% de la población ha utilizado alguna vez terapias alternativas, principalmente yoga, acupuntura y quiromasaje, según un estudio del Observatorio de Terapias Naturales (en el que se integran varias sociedades de profesionales de esta materia) de mayo de 2008.

Un informe que acaba de publicar el Ministerio de Sanidad constata el auge de estos tratamientos y advierte de la falta de estudios científicos que avalen su eficacia en la mayoría de los casos. Pero entonces, ¿a qué se debe su éxito?

El propio informe relativiza las dudas en torno a estas técnicas. “Pocas terapias naturales han demostrado su eficacia en situaciones clínicas concretas mediante la aplicación de métodos científicos. Sin embargo, esta ausencia de demostración de su eficacia no debe ser considerada como sinónimo de ineficacia”, señala el texto, que admite que “muchos pacientes refieren cierto grado de satisfacción” por la mejoría de los síntomas o en su calidad de vida.

Esta afirmación es compartida por la mayoría de los expertos y profesionales que aplican dichos tratamientos. “Hay estudios que demuestran que la acupuntura es eficaz para tratar cefaleas, náuseas y vómitos como los causados por la quimioterapia, dolor facial o dental. Pero hay otros problemas como la fibromialgia o el insomnio donde no hay grandes evidencias, lo cual no quiere decir que sea ineficaz”, sostiene Juan Antonio Guerra, médico con amplia experiencia en acupuntura y que actualmente dirige el Plan Andaluz de Atención a Personas con Dolor.

En Andalucía hay 12 unidades públicas en las que se aplica regularmente la acupuntura. Unas están en hospitales y otras en centros de salud. Jorge Vas, médico de familia de 54 años, atiende desde hace 15 la del centro de salud de Dos Hermanas (Sevilla), por la que pasan cada día entre 35 y 40 pacientes. La acupuntura no está incluida en la cartera de servicios de la sanidad pública, por lo que se ofrece “a modo de pilotaje” a aquellos pacientes a los que se considera que les puede beneficiar.

Hasta la consulta de Vas llegan derivados por otros médicos de familia o especialistas. “Antes venían muchos pacientes en los que habían fracasado otros tratamientos, pero los compañeros están viendo la eficacia de la acupuntura y cada vez nos llegan más como primera instancia”, cuenta. Algunos pacientes los rechazan. “Pero son los menos. La mayoría está muy agradecido porque lleva tiempo sufriendo dolores crónicos y está saturado de dolor y de fármacos”, asegura Vas.

Entre todas las llamadas terapias alternativas, la acupuntura es sobre la que se han hecho más ensayos científicos que avalan sus beneficios para determinadas dolencias. El estudio de Sanidad recoge 139 técnicas distintas y sobre la mayoría no se han hecho estudios. “Solo muy recientemente se ha visto la necesidad de aplicar a estas técnicas los ensayos que habitualmente se hacen. No es fácil protocolizar todo como con los medicamentos. En técnicas como la acupuntura depende mucho de la capacidad de la persona que pone las agujas, por ejemplo. Por eso hay ensayos con resultados muy heterogéneos”, explica Jesús González, de la Agencia de Evaluación de Técnicas Sanitarias del Instituto de la Salud Carlos III.

Los que viven de estas terapias, sobre todo los homeópatas, sostienen sin embargo que hay evidencias suficientes para garantizar su eficacia. La Asamblea Nacional de Homeopatía, órgano de representación de “la mayor parte de los médicos homeópatas españoles”, lamenta en una carta remitida a este periódico que el informe sobre terapias naturales elaborado por el Ministerio de Sanidad solo haya tenido en cuenta una parte muy reducida de estos trabajos.

“En muchos de los estudios y meta-análisis no contemplados por el Instituto Carlos III (más de 200 artículos publicados en revistas de referencia) se demuestra repetidamente que la homeopatía funciona como método terapéutico y con un efecto superior y distinguible del placebo”, asegura la asamblea.

Uno de los objetivos del estudio de Sanidad era evaluar la necesidad de hacer una regulación específica sobre estas terapias. El equipo de trabajo que elaboró el informe —con representantes del ministerio, el Carlos III y varias comunidades autónomas— se mostró bastante a favor de regular aquellas que tienen más relación con la salud (como la acupuntura y la homeopatía) y de aparcar por ahora las que están más enfocadas al confort o el bienestar, explica Raúl López, técnico de la Agencia de Evaluación de Tecnología Sanitaria de Andalucía, que ha participado en el estudio. “La regulación ayudaría a que el ciudadano se sienta seguro al acceder a estos tratamientos”, argumenta Lopez.

De plantearse, esta regulación debería abordar también el ejercicio profesional de las llamadas terapias naturales. Miquel Vilardell, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, que cuenta con secciones específicas de homeopatía y acupuntura, no duda de que estos tratamientos tienen que estar siempre “liderados” por médicos. “Quien tiene competencia para hacer diagnósticos es el médico. Otra cosa es la práctica y ahí no veo especial problema en que se ejerza por personas con formación en esas técnicas, pero siempre supervisados por médicos”, dice Viladrell. La importancia del diagnóstico es advertida por todos los médicos consultados para este reportaje.

Pero los profesionales que no tienen formación sanitaria no opinan lo mismo. “Estos médicos de hoy han aprendido la homeopatía o la acupuntura de profesionales no médicos. Y ahora quieren que sean ellos quienes enseñen. Ellos estudiaron en escuelas no regladas con profesores no sanitarios”, apunta la presidenta de la Asociación Española de Terapias Naturales y No Convencionales, Rafi Tur.

Casi todos los llamados terapeutas se forman en escuelas privadas, en España o en el extranjero, la mayoría de las cuales ofertan titulaciones que no están homologadas en nuestro país. “Algunas han ido adquiriendo prestigio y son reconocidas por los profesionales como referencias de buena formación. Nos hemos autorregulado porque no nos han dado otra opción”, sostiene Tur, que aboga por que existan grados universitarios oficiales sobre estas materias o Formación Profesional de grado superior.

Esta meta se está topando con grandes detractores. Uno de ellos es Fernando Frías, abogado y vicepresidente de Círculo Escéptico, contrario a que la formación y la investigación sobre las terapias alternativas se lleve a cabo en los campus. “La Universidad no puede legitimar estas disciplinas seudocientíficas basadas en creencias y supersticiones. Va en contra de los fundamentos de esta institución, que debe promover el pensamiento crítico” afirma tajante. “Lo que ocurre es que están de moda. Los cursos sobre terapias naturales tienen una salida comercial muy lucrativa que aprovechan con las matrículas”, añade.

Frías ha extendido su reclamación por Internet en lo que ha llamado La lista de la vergüenza, un blog donde recoge los cursos de terapias naturales que se ofertan en facultades de toda España. Entre ellos cita el de Especialización en aplicaciones terapéuticas del qi-gong, de la Universidad de Alcalá de Henares, y otro de Especialización en homeopatía, de la Universidad Pública de Navarra. Más de 2.000 personas han votado ya en Actuable, una web de participación ciudadana, para que se retire este último seminario.

No sería la primera vez que los internautas dictaran sentencia. Una campaña en la misma página tumbó en la Universidad de Girona un curso de Salud y armonía del hábitat que se iba a impartir a 30 alumnos durante 120 horas a cambio de 1.175 euros por cabeza.

Eloy Echeverría, director de pedagogía del Centro de Enseñanza y Desarrollo de la Homeopatía (CEDH), es el encargado de preparar el temario de estos cursos. Lanza un mensaje a los descreídos: “Tener un arma terapéutica más en la mano es una ventaja para cualquier profesional. Llevo ejerciendo terapias alternativas desde 1995 y animo a mis colegas a que busquen en ellas un método seguro que minimiza los riesgos. Los medicamentos homeopáticos no tienen efectos secundarios y están indicados para bronquitis en bebés, amigdalitis con repetición y dolores lumbares, entre otras muchas dolencias”.

Peter Schmidt, presidente de la Asociación Española de Pacientes de Homeopatía (AEPH), se ha sometido a estos tratamientos “desde la cuna”. “En 1947, cuando tenía dos años, me salió un forúnculo que los médicos eran incapaces de curarme”, cuenta. “En Alemania no había apenas fármacos después de la II Guerra Mundial y la infección se estaba poniendo fea. Mi madre conoció a un médico que le hablo de los medicamentos homeopáticos y gracias a eso me curé”.

Albert Jovell, el presidente del Foro Español del Paciente, se muestra escéptico: “Nosotros siempre hemos mantenido una postura firme contra las pulseras mágicas, los curanderos y las leches con efectos no demostrados. Este es el mismo caso. Un paciente no puede sustituir la medicina oficial por un placebo porque ese abandono podría poner en riesgo su salud”.

La mejor prueba de la eficacia de estos tratamientos reside, según Rafi Tur, la presidenta de APTN-Cofenat, en la satisfacción de los pacientes. “El usuario no es tonto. Si más de 60.000 profesionales trabajamos en esto y se siguen abriendo consultas es porque dan resultado. Esa es la mayor prueba de que estas terapias funcionan. Si fuese un placebo, ¿cree que muchos médicos la estarían recomendando?”, pregunta.

Al contrario de lo que ocurre en otros países, en España la gran mayoría de estas terapias solo se ofrecen en consultas privadas. “Tal y como está montada la medicina pública en nuestro país, los homeópatas estamos marginados”, asegura Isidro Lara, representante en Europa de la Federación Española de Médicos Homeópatas (FEMH), que lamenta que, al estar fuera del sistema público, muchos ciudadanos no pueden recurrir a estos tratamientos. Lara sitúa el precio de una primera cita (de una o dos horas de duración) para la evaluación del paciente, entre los 80 y 130 euros. Las revisiones (de 15 a 45 minutos), pueden costar desde 40 a 100 euros.

Preguntas y respuestas:

1¿Qué terapia natural está incluida en el Sistema Andaluz y dónde se encuentran?
La Acupuntura, se encuentra en 2 Hermanas (Sevilla)

2.¿De qué despende el éxito de un tratamiento de acupuntura?
En técnicas como la acupuntura depende mucho de la capacidad de las personas que pone las agujas.

3.¿Cuál es la legislación española de aplicación a las llamadas terapias naturales qué dice y cómo se financian?
En España la gran mayoría de estas terapias solo se ofrecen en consultas privadas. Los homeópatas estamos marginados, al estar fuera del sistema público, muchos ciudadanos no pueden recurrir a estos tratamientos.

4¿Qué propone La Asociación Española de Terapias Naturales y no Convencionales sobre la ensenñanza de las mismas?
Los profesionales que no tienen formación sanitaria no opinan lo mismo. Estos médicos de hoy han aprendido la homeopatía o la acupuntura de profesionales no médicos y ahora quieren que sean ellos quienes enseñen, ellos estudiaron en escuelas no regladas con profesores no sanitarios.

5.¿A qué achacan, sus detractores, los beneficios que produce la homeopatía?¿Para que está indicada según sus defensores?
Los que viven de estas terapias, los homeópatas, sostienen sin embargo que hay evidencias suficientes para garantizar su eficacia. Se demuestra repetidamente que la hemeopatía funciona como método terapapéutico y con un efecto superior y distinguible del placebo.

6.¿Para qué se ha estudiado que resulta útil la acupuntura?
La acupuntura es eficaz para tratar cefaleas, náuseas y vómitos como los causados por la quimioterapia, dolor facial o dental.

7.¿Por qué no se consideran médicas las terapias naturales?
Porque, las medicinas alternativas llegan al paciente sin pasar controles exhaustivos.

8¿Significa esto que son ineficaces? Explícate.
El que no hayan sido estudiadas científicamente, no quiere decir que sean ineficaces. La mejora que experimentan algunos pacientes con estas prácticas. Aunque se describe como un efecto placebo, los pacientes mejoran porque creen o esperan que van a mejorar.

 




 


TEMA 3 ARTÍCULOS " FÁRMACOS A PRECIO DE ORO, SOLO SI FUNCIONAN"

"FÁRMACOS A PRECIO DE ORO, SOLO SI FUNCIONAN" EL PAÍS 23/02/13

Para ver el texto más claro : http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/02/22/actualidad/1361566910_055796.html
¿Cuánto vale un mes de vida de una persona? ¿Y seis meses? ¿Se le puede poner precio a la supervivencia de un enfermo? A cualquiera que se le pregunte dirá que no. Y sin embargo, este es un dilema que se plantean numerosos hospitales y todos los reguladores sanitarios del mundo desarrollado ante la llegada de nuevos medicamentos de precio tan elevado que pone a prueba la capacidad de respuesta del sistema sanitario. Entre las novedades, las hay muy caras pero muy efectivas y, en ese caso, no hay ninguna duda: el medicamento se aprueba y el único problema es buscar la forma de pagar la factura. Pero hay muchos otros fármacos, también extraordinariamente caros, que prolongan apenas algunas semanas o meses la vida, y en ocasiones, también el sufrimiento. En una situación de fuerte restricción presupuestaria, ¿es lícito limitar la incorporación de novedades terapéuticas? ¿En qué casos sería ético hacerlo?

La polémica ha surgido en España a raíz de unas declaraciones de Agustín Rivero, director general de Farmacia, quien en un acto público indicó que en adelante “se introducirán todos los medicamentos contra el cáncer que sean necesarios, siempre que su coste-eficacia sea adecuado”. Es decir, siempre que los beneficios compensen su elevadísimo coste. Hasta ahora, todas las innovaciones se incorporaban de forma prácticamente automática, pero desde hace un tiempo, los nuevos fármacos llegan a un precio tan desorbitado que han puesto en crisis los mecanismos de decisión. Y este es solo el principio.

El paso de la farmacología sintética a la biológica va a suponer un giro copernicano en la forma de tratar el cáncer. Conforme se conocen los mecanismos implicados en el proceso tumoral, se multiplican las dianas terapéuticas. Para los próximos años se espera una avalancha de nuevos antitumorales, lo cual es una muy buena noticia para los pacientes, pero también un desafío descomunal para el sistema sanitario. Según la base de datos oficial del Gobierno estadounidense, en febrero pasado había registrados 139.847 ensayos clínicos de medicamentos en todo el mundo, de los cuales 37.370 eran de fármacos contra el cáncer. Solo en cáncer de mama hay 5.136 ensayos en curso, 542 más que el mes de septiembre pasado, lo que da idea de la progresión.

La industria está nerviosa y los pacientes piden que se agilice el proceso.

No todos, por supuesto, llegarán a buen puerto, pero muchos de ellos sí y algunos plantearán el difícil dilema de si el beneficio que aportan compensa su elevado coste. Dilema de difícil solución si tomamos como ejemplo uno de los últimos medicamentos sometidos a aprobación, el anticuerpo monoclonal ipilimubab. Cuando en marzo de 2011 fue aprobado por la Food and Drug Administration de EE UU, el laboratorio Bristol-Myers Squibb lo presentó como “uno de los mejores avances en el tratamiento del melanoma en 30 años”. Este tipo de cáncer de piel tiene buen pronóstico si se diagnostica en fases iniciales y puede ser tratado con cirugía, pero una vez ha hecho metástasis, responde mal a la quimioterapia. En estos casos, la supervivencia a los cinco años no supera el 10%. En realidad, el nuevo fármaco no es tan revolucionario, pero es el único que aporta algo de mejora: un incremento de la supervivencia de seis meses de media.

El fármaco acaba de ser aprobado, pero condicionado a un protocolo clínico que aún se está elaborando. El coste alcanza unos 80.000 euros por paciente y año, y cada año hay unos 3.600 nuevos casos susceptibles de ser tratados. El precio, sin embargo, no es su único inconveniente: puede tener efectos adversos tan graves que ha de ser administrado en un hospital de alta tecnología.

Aunque la mejora es modesta, en este caso se ha tenido en cuenta que no hay otra alternativa, algo muy frecuente en oncología. En 2007 se aprobó el eculizumab, indicado en un tipo de hemoglobinuria que provoca la progresiva y muchas veces fatal destrucción de los glóbulos rojos de la sangre. A diferencia del anterior, este fármaco sí puede cambiar el curso de la enfermedad, pero cuesta unos 300.000 euros por paciente y año, de modo que apenas dos o tres enfermos pueden alterar el presupuesto de farmacia de cualquier hospital. Los gestores les temen hasta el punto de que en la jerga gerencial se ha acuñado una nueva categoría de enfermo, la de “paciente catastrófico”, no porque suponga ningún riesgo, sino porque su tratamiento puede echar por tierra cualquier previsión de gasto.

La leucemia tenía apenas cuatro años de esperanza de vida y ahora se cura.

La incorporación de los nuevos tratamientos plantea situaciones muy difíciles que no deberían recaer ni sobre el médico ni sobre el gestor hospitalario. Un organismo superior debería evaluar cada fármaco y decidir en qué casos está justificado y cómo ha de administrarse”, afirma Xavier Carné, Jefe de Farmacología del Hospital Clínico de Barcelona. En Cataluña se ha creado recientemente una comisión de medicamentos de uso hospitalario que ha supuesto un alivio para los gestores, pues fija los criterios de referencia.

Es muy duro para un clínico tomar decisiones de esta naturaleza, pero cada vez son más conscientes de que el coste ha de ser tenido en cuenta. Hace unos días, uno de los equipos médicos del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York decidió no usar un nuevo medicamento (ziv-afilbercept) aprobado en agosto para el cáncer de colon avanzado porque la relación entre el coste y el beneficio no lo justificaba. El tratamiento apenas había logrado prolongar la vida de los pacientes una media de mes y medio, lo que representa 40.000 dólares por seis semanas más de vida y sufrimiento. Sanofi reaccionó rebajando el precio al 50%, lo cual no sirvió más que para afianzar la decisión clínica.

En estos momentos, si un fármaco es aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, la española lo aprueba también, pero para poderlo prescribir ha de ser antes evaluado por una comisión interministerial de precios, que actúa como un semáforo. Algunos medicamentos han tardado hasta dos años en estar disponibles. De hecho, durante casi un año, no se incorporó al orden del día ningún medicamento de alto precio. En los últimos meses se han aprobado algunos pero hay todavía varias novedades pendientes. La industria está nerviosa y tanto los médicos como los pacientes presionan para que se agilice el proceso.

Si se retiran los anticuerpos monoclonales, el mal reaparece.

En el forcejeo actual por el precio, la aprobación se retrasa y el que sale perdiendo es el enfermo”, afirma Albert Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes. “El Gobierno y la industria han de pactar un sistema ágil y transparente. No puede ser quelos pacientes de una comunidad tengan acceso a un nuevo fármaco y los de otra no”. Agustín Rivero asegura que está en estudio un nuevo mecanismo para evaluar y aprobar los nuevos tratamientos. “Se trata de priorizar aquellos que mejoren realmente o la supervivencia o la calidad de vida del paciente”, sostiene.

En el último año se ha denegado la aprobación de varios productos que no han acreditado un beneficio suficiente. Este dilema se planteará en el futuro con mucha frecuencia. Albert Jovell está de acuerdo en que debe considerarse la relación de coste-beneficio, pero recuerda que en el cáncer, los avances no suelen ser disruptivos, sino incrementales, a base de pequeñas mejoras que van alargando la supervivencia del paciente. Todos son conscientes, sin embargo, de que hay que prepararse para el gran cambio que se avecina.

Muchos de los nuevos fármacos en fase de ensayo no curarán el cáncer, pero permitirán vivir con él. Esta es, desde luego, una excelente noticia. En un foro reciente organizado por la Fundación Vila Casas en Barcelona, que dará lugar a una publicación sobre el tema, se planteó si estamos ante un cambio de paradigma. Si el cáncer puede llegar a convertirse, gracias a los nuevos fármacos, en una enfermedad crónica que no se cura pero tampoco mata. Esa es una perspectiva muy plausible y de hecho ya hay algunos ejemplos. El más significativo es el de la leucemia mieloide crónica. La aparición del imitinib (Glivec) marcó realmente un antes y un después. Hasta entonces, la única alternativa era el trasplante de médula, de resultados siempre inciertos. La esperanza de vida media era de cuatro años. Por fortuna para los pacientes, esta leucemia está provocada por una sola traslocación, a diferencia de muchos otros tumores, en los que pueden producirse hasta seis y siete mutaciones, de modo que no fue difícil encontrar la forma de neutralizarla. Gracias al Glivec, los pacientes ya no se mueren. Pero no pueden dejar de tomarlo.

Por primera vez hay un fármaco que frena la hepatitis C.

Francesc Bosch, jefe del servicio de Hematología del hospital Vall d’Hebrón de Barcelona, considera que este mismo proceso puede darse en otros tumores, pero eso puede disparar los costes. “En el caso de la leucemia mieloide se diagnostican unos 700 nuevos casos cada año, que se acumulan a los que ya están en tratamiento. El coste es de 60.000 euros por enfermo y año. Ahora se está estudiando si en algún caso podría suspenderse, pero de momento el medicamento ha de mantenerse de forma indefinida, pues si se retira, la enfermedad puede volver”, añade.

“El problema de los anticuerpos monoclonales es que en muchos casos frenan la enfermedad, pero en cuanto se retiran, reaparece”, corrobora Antoni Gilabert, responsable de Atención Farmacéutica del Servicio Catalán de la Salud. Convertir el cáncer en una enfermedad crónica significa que cada año se incrementa el número de tratamientos que financiar. “Nuestro gran reto es convencer a la sociedad y a los laboratorios de que hemos de priorizar aquellos que realmente aportan valor terapéutico, y tratar de ahorrar en los que aportan menos. El valor se ha de reflejar también en el precio”.

Otro caso que ilustra sobre las dificultades de este cambio de paradigma es el de la hepatitis C, un virus que es terriblemente insidioso porque no da síntomas hasta que el daño está hecho. Acaban de aparecer dos nuevos fármacos (bocetrevir y telaprevir) que reducen significativamente la carga viral y por primera vez, algunos enfermos incluso se curan. La infección por este virus puede conducir a una cirrosis hepática y a un cáncer de hígado, de ahí la importancia de tratar a los afectados de forma precoz. El tratamiento cuesta alrededor de 30.000 euros por paciente y año. Sanidad ha establecido un extenso protocolo de uso, pero no en todas las autonomías se aplica del mismo modo. Además, el protocolo excluye de momento a los pacientes que también están infectados por el virus del sida, aunque en algunos casos se les administra.

El dilema que se plantea es cómo incorporar esta mejora terapéutica de forma que el coste pueda ser asumido por la sanidad pública. Cuanto antes se administre, antes se para el daño. ¿Debería darse por tanto a todas las personas infectadas? Por otra parte, mucha gente puede estar infectada sin saberlo. ¿Debería promoverse la búsqueda activa de estos pacientes para prevenir futuros daños? “De momento, se ha decidido una incorporación gradual, de manera que se administra a los enfermos que tienen una mayor afectación hepática”, precisa Gilabert. Pero los que tienen menor afectación podrían evitar que la enfermedad progresase. Un dilema. En este caso, las autoridades sanitarias justifican la espera de estos pacientes no solo por el coste: en un par de años van a llegar otros dos o tres fármacos de la misma familia que ofrecen aún mejores resultados.

A la hora de evaluar el coste-beneficio hay que tener en cuenta las vidas que se puedan salvar y el sufrimiento que se pueda evitar, pero también los ahorros futuros. En este caso, aunque el medicamento tenga ahora un alto coste, hay que contar el ahorro que supondrá que estos pacientes no lleguen a padecer cirrosis o cáncer de pulmón. Estos son los dilemas de la medicina de hoy. En el balance no solo se cuentan los beneficios del presente, sino los ahorros del futuro. Un cálculo complejo que requiere mirar más allá de la angustiosa gestión del presente.

Riesgo compartido

El aumento de los costes ha hecho que muchos países hayan planteado restricciones en la incorporación de nuevos medicamentos. Jaume Puig-Junoy, profesor de Economía de la Salud de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, ha estudiado las diferentes regulaciones: “Las limitaciones nunca afectan a los fármacos que han demostrado valor terapéuticos, sino aquellos de segunda o tercera línea sobre cuya eficacia hay dudas o representan ventajas menores respecto de los ya existentes y además tienen efectos adversos graves”, aclara. Alemania, Suecia, Italia, Francia y Reino Unido son algunos de los países que han establecido limitaciones basadas en la relación entre el coste y la eficiencia. “La mayoría de los fármacos rechazados no es por el precio, sino porque no tienen una eficacia clara”, aclara Puig-Junoy.

Uno de los organismos con mayor experiencia es el NICE británico, una agencia independiente cuya misión es calcular la eficacia comparada o relativa de cada medicamento. Este sistema vincula el precio al valor terapéutico y traslada la carga de la prueba de eficacia al laboratorio. En su momento, el NICE estableció un coste máximo a financiar por el Sistema Nacional de Salud de 34.700 euros por año de vida ganado. Durante un tiempo esta cifra cubrió los medicamentos que comportaban realmente un beneficio claro. El problema es que muchos de los que se presentan para estadíos avanzados de cáncer la rebasan.

Es el caso de dos fármacos para el cáncer de riñón, que fueron rechazados en primera instancia porque se consideró que el beneficio terapéutico no justificaba el coste. La acumulación de casos ha obligado al NICE a relajar la norma y establecer que si el fármaco demuestra cierta eficacia en pacientes con dos años de esperanza de vida, la barrera del coste puede ser más alta. Como respuesta a las quejas de los pacientes, expresadas en la campaña Nice is not so nice, y para evitar que algunos hospitales cargen de forma desproporcionada con este coste, el Gobierno de Cameron ha creado un fondo de 200 millones de euros para financiar el uso de medicamentos con bajo coste-efectividad, pero que son la única alternativa para el paciente.

La reforma en marcha en España prevé un mecanismo único y trasparente de valoración que fije el posicionamiento terapéutico, es decir, las indicaciones precisas y las circunstancias en que puede ser administrado el fármaco. Agustín Rivero precisa que también incluirá una revisión anual del beneficio terapéutico, siguiendo el ejemplo de Francia, donde el precio se reduce si los resultados no son los esperados.

Para los fármacos con mayores dudas, la solución está en una fórmula que introdujo el NICE y que ya se ha aplicado en Cataluña en un fármaco para el cáncer de pulmón: el riesgo compartido. “El concepto es que no se paga por la caja, sino por lo que consigue”, dice Antoni Gilabert, responsable de Farmacia del Servicio Catalán de la Salud. El tratamiento se administra durante un tiempo establecido, y el sistema sanitario solo financia el de los pacientes que han respondido. El laboratorio comparte el riesgo y es el primer interesado en acotar bien los casos que pueden beneficiarse.

Preguntas y repuestas:

1.¿Qué es un "paciente catastrófico"? Pon ejemplos de el tipo de tratamientos que necesitan.
Porque su tratamiento puede echar por tierra cualquier previsión de gasto.

2.¿Cómo funciona el NICE británico?
Es una agencia independiente cuya misión es calular la eficacia comparada o relativa de cada medicamento.

3.¿Se aplica en España la estrategia del NICE?¿Dónde y por qué?
La reforma en marcha prevé un mecanismo único y trasparente de valoración que fie el posicionamiento terapeutico.
En Cataluña, es un fármaco de Cáncer de pulmón, porque puede beneficiarse.

4.¿Qué consecuencias puede tener la Hepatitis C, cuál es el nuevo tratamiento para ella y cuál es su coste? ¿Se aplica el nuevo tratamiento en todos los pacientes, en todas las comunidades, está esto justificado?
La infección por este virus puede conducir a una cirrosis hepática y un cáncer de hígado, su nuevo  tratamiento es (bocetrevir y telaprevir) que reducen significativamente la carga vial y por primera vez, algunos enfermos incluso se curan, su coste es alrededor de 30.000€uro por paciente y año.
No se excluyen a las personas con SIDA, y no en todas las autonomías se aplica del mismo modo, la justifican no solo por el coste sino también dicen por el motivo de que van a llegar en un par de años nuevos fármacos de la misma que ofrecen aún mejores resultados.

5¿Qué significa convertir el cáncer en una enfermedad crónica?
Que no se cura pero no se mata.

6.¿Qué se espera de los nuevos fármacos contra el cáncer que se encuentran en fase de ensayo?
Prolongar más la vida del paciente y mejorar su estilo de vida.

7.¿Qué nuevos medicamentos caros deben financiarse en estos momentos de crisis económica?
Los medicamentos antitumorales.

8.¿Quien decide la incorporación de nuevos tratamientos y como debería de hacerse?
Un fármaco es aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, debería de tratar de priorizar aquellos que mejoren realmente o la supervivencia o la calidad de vida del paciente.

9.¿Qué porcentajes de los nuevos medicamentos, en fase de ensayo en el mundo, son contra el cáncer?
En el mundo hay 139.847 ensayos clínicos, de los cuales 37.370 ensayos clínicos son contra el cáncer.

10.¿Qué han permitido los nuevos descubrimientos de los mecanismo implicados en el proceso tumoral?
En el paso de la farmacología sintética a la biológica va a suponer un giro copernico en la forma de tratar al cáncer.

11.¿En qué condiciones, un nuevo medicamento muy caro se incorpora en las terapias?
Conforme se conocen los mecanismo implicados en el proceso tumoral, se multiplican las dianas terapéuticas.



TEMA 3 ARTÍCULOS "¿QUIÉN METE EL BISTURÍ?"

¿QUIÉN METE EL BISTURÍ? EL PAÍS 9/10/11
La sanidad se enfrenta a las dudas sobre su sostenibilidad, pero también a sus errores de gestión - Los políticos compitieron en prometer hospitales; ahora les toca aplicar cirugía al sistema.

Un español visita entre nueve y diez veces al año al médico, el doble que un francés o un británico. Ingiere más medicación (sobre todo antibióticos) que cualquier europeo. Solo el 15% de las veces que acude a un servicio de urgencias es para un caso realmente agudo. Y su esperanza de vida es una de las más altas de Europa. Cabría deducir que su longevidad es el fruto de sumar una forma de vida más saludable y un sistema sanitario accesible y de calidad. Luego nada debería cambiar. Los expertos no lo ven así: entienden que se han producido abusos, que el sistema sanitario español "tiene exceso de grasa" y que el enfermo está cambiando. Hay que modificar el modelo. Pero hacerlo en medio de una crisis económica obliga a una pregunta: ¿Están los políticos preparados para hacer de cirujanos?

El ciudadano no tiene datos sobre los resultados de los hospitales.

Los cambios sociales y de población obligan a cambiar el modelo.
España tiene más actos médicos que cualquier otro país de la OCDE.

"No es sostenible que hay cirugías solo de 9 a 15 horas", dice un experto.

La remuneración sin contar resultados está penalizando a los mejores.

Los recelos entre comunidades frenan un sistema de control de calidad.
 
El futuro es incierto por muchos motivos. Lo anuncia Albert Jovell, médico formado en Harvard y presidente del Foro Español de Pacientes: "Tenemos que considerar si el sistema podrá pagar lo que se le viene encima. Cada vez habrá más pacientes con varias enfermedades. Se nos avecina una epidemia de diabetes: un tercio de la población lo sufrirá y eso generará problemas de infartos, transplantes, cegueras...". La tendencia la confirma Eduard Portella, director de Antares Consulting, una compañía especializada en gestión de la salud con oficinas en varios países de Europa: "Hay una crisis de modelo. La oferta es muy especializada, está pensada para otro tipo de enfermo, el que tiene más de una enfermedad, que nada tiene que ver con el de ahora. Y el problema ya no será curarlo, sino mantenerlo con buena calidad de vida. Así, unos pocos gastan casi todo. Y nos encontramos con unos servicios sociales que son un mundo aparte".
El diagnóstico del sistema sanitario muestra que adolece de otro problema. El de la falta de información. El ciudadano debería saber que hay hospitales en España cuyo riesgo de mortalidad tras la utilización de una angioplastia coronaria es del doble respecto a otros centros. O que la tasa de mortalidad de ciertas dolencias menores registran diferencias de entre 2,2 y 4,5 veces entre áreas de salud. Datos que son desconocidos para los pacientes.

Cuando se habla de sanidad en España, el debate público ha estado caracterizado durante muchos años por una especie de concurso de buenas prácticas electorales según el cual se trataba de analizar quien prometía mayor número de hospitales y centros de salud. Se ha reflexionado sobre la equidad y la universalidad del acceso a la sanidad como una conquista que nos acerca a los países más avanzados socialmente. Se da por sentado que el sistema es excelente y más barato que en otros países de Europa. Es la joya de la corona de nuestro Estado del bienestar. Se acepta que hay un abuso en el consumo de medicamentos y conviene reducir el precio de la factura farmacéutica. Llegado el momento en el que la crisis económica coloca a las comunidades autónomas (para las que la sanidad ocupa un 40% de su presupuesto) en la tesitura de tener que hacer recortes, el debate debería ser otro. ¿Puede ser la sanidad más eficiente con menor coste?

Determinadas escenas son recurrentes a la hora de hacer una descripción de problemas que aquejan a la sanidad pública española. Pacientes en lista de espera desesperados porque su dolencia no acaba de solucionarse; servicios de urgencia con enfermos aguardando un diagnóstico en un pasillo o ancianos que deben esperar, entre fuertes dolores, dos meses para una prueba diagnóstica; ciudadanos que han sufrido las consecuencias de una negligencia. Escenas que suelen ir acompañadas de las declaraciones de médicos y enfermeros quejosos por un salario escaso que no recompensa tantos años de estudio. Es la foto de una sanidad necesitada de más inversiones.

Pero hay otros problemas que no están en la superficie, porque su conocimiento no está al alcance del ciudadano. Se debaten en simposios o se difunden en revistas médicas. Por ejemplo, las hospitalizaciones evitables para casos de complicaciones de diabetes pueden ser 12 veces más frecuentes en un área de salud que en otra. Los ingresos en hospitales debido a psicosis afectivas pueden ser 28 veces más frecuentes en un área de salud que en otra. El uso inapropiado de procedimientos (por ejemplo, la prostatectomía) puede variar hasta 7,7 veces. El aumento en la cifra de cesáreas es injustificado y se está generalizando. Estos y otros datos son síntomas de ineficacia y de abusos dentro del sistema. Así que dos escenas pueden aparecer contradictorias en un mismo hospital: tenemos al enfermo que aguarda en un pasillo para ser ingresado junto al paciente que ingresa demasiadas veces.

Los expertos coinciden en una frase cuando se refieren a la sanidad española: "Más gasto no equivale a más salud". Una frase más: "Tenemos más actos médicos que ningún otro país de la OCDE. Es un sistema inflacionista en actuaciones médicas".

En el transcurso de las últimas semanas se han producido varios hechos aparentemente contradictorios. La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, inauguraba en la localidad de Torrejón un nuevo hospital muy al estilo de sus últimas obras: un edificio con diseño, amplios espacios y buena luminosidad dotado de todos los servicios para atender a cerca de 200.000 habitantes que viven en las proximidades. Casi paralelamente, la Generalitat anunciaba nuevos planes de recortes sanitarios: al cierre de algunos servicios y centros de salud durante el verano, le acompañaba un recorte lineal de salarios (media paga de navidad) entre los funcionarios del sistema sanitario, sin discriminar entre médicos, personal de enfermería o administrativos. Estas noticias se unían a otras conocidas durante el verano, como la resistencia en los centros sanitarios de la Comunidad Valenciana a expedir recetas a ciudadanos residentes en otras comunidades.

Tres circunstancias que ponen en evidencia diferentes formas de gestionar la sanidad en medio de la crisis. La noticia de la inauguración del hospital de Torrejón no ha estado acompañada de información alguna acerca de una remodelación de los servicios del Hospital de Alcalá de Henares, apenas a 10 kilómetros del recién inaugurado, que ahora debe responder a menos población. Ejemplo de que hay que revisar la gestión de los recursos.

Y no solo en la inauguración de centros. "No es sostenible que en España haya hospitales que hagan determinadas cirugías de 9 a 15h. Está demostrado que una unidad quirúrgica es mejor en cuanto opere más veces: la relación es directa", explica Juan del Llano, de la Fundación Gaspar Casal. "La grasa mala no solo es una exigencia económica. Es un principio de comportamiento no ético si se usan recursos que no se deben, si se toman decisiones no reflexionadas. Aquí hubo una carrera por abrir hospitales y centros de salud. Por ejemplo, en cirugía cardiaca infantil está científicamente comprobado que los resultados están asociados al volumen de operaciones. Cuanto más opera un médico, mejores resultados tiene. En ese sentido, no es de recibo que una misma comunidad autónoma tenga cuatro unidades de cirugía cardiaca infantil", sigue.

"La productividad quirúrgica de unas comunidades es mucho mayor que otras", asegura Juan Carlos Álvarez, socio director de Antares Consulting, experto en gestión de hospitales. "¿Hay sobreoferta? La respuesta sería 'no' por cuanto hay listas de espera, pero si la pregunta es si el sistema es eficiente, los números cantan solos: es sorprendente cómo varía la productividad entre hospitales". Un hospital público de Navarra opera un 80% más que uno de la vecina La Rioja.

La cuestión que se plantea es hacer cirugía con la sanidad en un sistema absolutamente descentralizado. ¿Dónde se hace necesario cortar y qué consecuencias traerá sobre la salud de los ciudadanos? ¿Habrá diferentes recortes según qué comunidades?

Entre el catálogo de causas que están en el origen del sobrepeso del sistema son redundantes dos. Una, la relacionada con el personal: el 45,4% del presupuesto sanitario va a gastos de personal, cuya productividad es baja en comparación con sus homólogos europeos (32 horas semanales por 39 en Alemania y Reino Unido o 35 en Francia) y su índice de absentismo es más elevado que la media española. Dos, una oferta hospitalaria excesiva (un hospital por cada 860.000 habitantes, el doble que otros países europeos) con un catálogo de servicios muy elevado. Así que recortar gastos de personal es una primera tentación, pero el problema es cómo hacerlo. "Las políticas de remuneraciones siempre han castigado al que lo hace mejor. Tenemos un problema de oferta muy rígida, con muchos funcionarios. Pregúntele a cualquier médico con quién se operaría. Ellos lo saben, nosotros, no", asegura Vicente Ortún, investigador del Centro de Investigación en Economía y Salud (CRES).

"Aquí no puedes cerrar coyunturalmente centros sanitarios", asegura Ricard Meneu, médico y doctor en Económicas, vicepresidente de la Fundación Instituto de Investigación en Servicios de Salud. "Lo peor es que reducir empleo pasa por hacerlo donde es posible (interinidades), con lo que te arriesgas a perder bastantes profesionales motivados y productivos. Pero sí, hay que reducir personal. Pero hay que hacerlo con más cabeza. Lo peor para un sistema estúpidamente igualitarista, contrario a recompensar a sus profesionales por su mérito, y alérgico a tomar decisiones de priorización es establecer diezmos como recortes del 10% del gasto, del 5% de los sueldos, del número de camas, a despecho de la aportación de cada una de las unidades afectadas".

"A pesar de que se habla de una coincidencia en el diagnóstico, yo no lo tengo tan claro", asegura Eduard Portella. "Unos repercuten todo el problema en la farmacia y yo sostengo que se han tomado 22 medidas en 10 años sobre el tema medicamentos. Creo que el medicamento ha dado de sí todo lo que podía dar. Los hay que piensan que la solución es el copago como fórmula de completar la financiación. Luego, quienes sostienen que hay que privatizar el modelo y quienes culpan del sobrecoste al Estado de las autonomías. Yo soy de los que piensan que antes de hacer otro invento hay que agotar la vía de la mejora de la gestión. El problema es que una legislatura no es suficiente".

Aparece entonces el problema de la política. Estamos en un sistema donde cuando cambia un Gobierno o un consejero del mismo partido cesan los directores de hospitales, como reconoce José Manuel Freire, del Instituto Carlos III y portavoz socialista en la Asamblea de Madrid. Vicente Ortún es más explícito en este asunto: "Los gestores pintan poco. Las decisiones todavía son clínicas y políticas. Los gestores tienen un papel secundario. Hay un problema de transparencia. Pongamos los datos al acceso del público. El ciudadano tiene derecho a saber cuáles son los mejores hospitales y qué centros son más eficaces. El día que se sepa cuánto cuesta un aparato en una comunidad y cuanto en otra, habrá que dar explicaciones. Es un problema de gestión que no mejorará si no mejora la política".

Llegado el tiempo de recortes, los expertos se inclinan por un pacto sanitario, por un consenso, por eliminar las bolsas de ineficacia que no perjudiquen la salud del paciente, incluso por estudiar la cooperación entre servicios regionales de salud. "Lo deseable sería aplicar las reducciones en aquellos servicios donde, a partir de un cierto umbral, más no es mejor", propone Meneu. "Pero eso requiere finura quirúrgica. Y cierto valor para enfrentarse con los afectados. Algo que no abunda en nuestra política ni en nuestra gestión pública, prefiriéndose generalmente escurrir el bulto, lo que parece que genera cabreados pero no enemigos", sigue.

"Hay que ser valientes", explica Juan de Llano. "Y tener coraje. Si el ciudadano está mejor informado se le pueden decir las cosas. La información es un asunto crucial y eso nos lleva a la transparencia. Es curioso porque las comunidades han hecho inversiones importantes en sistemas de información, pero no es un sistema conectado a nivel central", dice. De Llano toca un punto sensible: cada comunidad usa su propio sistema de información. Las aplicaciones informáticas en atención primaria con casi todas diferentes: la historia de salud digital en Andalucía es el programa Diraya, el de Valencia es Abucasis, la dispersión en historia clínica hospitalaria es aún mayor.

"He defendido que el sistema sanitario necesita deshacerse de grasa, aunque no de músculo", sostiene Meneu. "Deshacerse de grasa significa revisar ciertas prestaciones de eficacia cuestionable. Significa no hacer lo que no se debe, como haber multiplicado casi por 17 los costes en sistemas de información para la gestión, desarrollando uno cada autonomía. La falta de transparencia no solo es una burla democrática, es además una rémora a la mejora de la sanidad, pues está demostrado que esta información incentiva la mejora profesional por comparación. O sea que esta conducta de nuestros gobernantes sanitarios además de hacerlos socialmente impunes por irresponsables, les hace dañinos por impedir mejoras a partir de una información que ya existe, que ellos manejan y que hemos pagado todos los ciudadanos. De lo anterior se desprende que tomarán decisiones menos correctas por no disponer de una información existente que está indebidamente limitada. Si no podemos saber quién es el que lo hace mejor nos condenamos a insistir en nuestros errores".

En un panel organizado en julio de 2010 en Barcelona se les puso a 13 expertos en gestión ante 101 posibles medidas para mejorar la eficiencia del Sistema Nacional de Salud "manteniendo los resultados clínicos y de salud para pacientes y poblaciones". Las medidas más valoradas fueron las relacionadas con el buen gobierno (control de la corrupción, clientelismo político, conflicto de intereses) y la transparencia.

¿Hay datos suficientes para valorar cada modelo, cada hospital, la eficacia general del sistema? Los recelos entre las administraciones políticas han impedido la libre circulación de resultados hasta el punto de que la Agencia de Calidad, que en su día constituyó la ministra Ana Pastor (PP), no ha logrado todavía los objetivos para los que fue creada. Algunas comunidades han sido resistentes a la hora de enviar información (la de Madrid respecto de las listas de espera ha sido la más sonada). Sin embargo, se ha producido un hecho curioso, relacionado con el trabajo de unos científicos del Instituto Aragonés de la Salud, dirigidos por Enrique Bernal, en colaboración con otros colegas de Valencia, a la hora de confeccionar un Atlas de Variabilidad, una herramienta muy interesante para evaluar lo que se está haciendo en cada comunidad. Estos investigadores sí reciben datos, incluidos los de Madrid, la última en incorporarse, a cambio de que las comunidades aparezcan como participantes en la investigación. Sin embargo, los estudios no identifican regiones ni hospitales. Sólo habla genéricamente de áreas de salud.

¿Cuál es la razón? Algunos no quieren salir mal parados.
En esas condiciones, ante un enfermo cuyo diagnóstico no se quiere hacer público, ¿cómo actuarán los políticos cuando tengan que hacer cirugía con la sanidad?

Preguntas y respuestas:

1.¿Se puede valorar cada hospital, cada modelo sanitario autonómico y en fin la eficacia de nuestro sistema sanitario en su conjunto? ¿Quién se está encargando de hacerlo y con qué resultados?
No, porque el ciudadano no está totalmente informado.
Se están encargando las administraciones públicas y todavía sin información suficiente.

2.¿Como es el paciente español comparado con el europeo?
Vamos más veces al médico, consumimos más medicamentos que los europeos y en España hay mayor esperanza de vida.

3.¿Cuáles son los principales problemas de nuestro sistema sanitario?
La falta de información al ciudadano, los errores de la gestió, la tardanza de las pruebas diagnosticas, la falta de camas en los centros sanitarias.

4.¿Qué consecuencias tendrá la epidemia de diabetes que se avecina?
La sufrirá un tercio de la población y hará que haya más infartos, ceguera, trasplantes y todo lo que produzca la diabetes.

5.¿Pon ejemplos de cómo se puede aumentar la eficacia de nuestro sistema sanitario con una mejora de la gestión?
Revisando la gestión de los recursos.
Cuánto más operan los cirujanos más experiencia obtienen.

6.¿Cuál es el mejor quirófano? Pon dos ejemplos de mala gestión de la productividad quirúrgica.
Aquel que mejores operaciones tiene.
Los quirófanos sin uso.

7.¿En qué consiste el pacto sanitario?
En eliminar lo perjudicial para el paciente y estudiar la cooperación entre servicios regionales.

8.¿De dónde se pueden recortar los gastos sanitarios?
Los gastos de personal son el 45% de los gastos sanitarios, recortar el gasto aumentando la productividad, el absentismo y las ofertas hospitalarias excesivas.

TEMA 3 ARTÍCULOS "LA ÚLTIMA FRONTERA DEL TRASPLANTE"

"LA ÚLTIMA FRONTERA DEL TRASPLANTE" EL PAÍS 10/08/11

Limitaciones técnicas y éticas impiden ir mucho más allá del rostro en injertos convencionales - El cerebro y los ojos no son transferibles - El futuro pasa por los órganos bioartificiales.

En 1905 se practicó el primer trasplante del que hay constancia (de córnea). Un siglo después, este tipo de tratamiento ha evolucionado espectacularmente hasta alcanzar en los últimos años retos propios de la ciencia ficción. En 2005 llegó el primer injerto de cara (Francia), en 2008 el de brazos (Alemania) y hace unas semanas, el primero de piernas, que coordinó el cirujano Pedro Cavadas en el hospital La Fe de Valencia. ¿Cuál será el próximo alarde quirúrgico? ¿De útero, de ojos? ¿Dejará el trasplante de cerebro de ser una fantasía literaria como ha sucedido ya con el de cara?.

No parece que la edad de oro de los trasplantes espectaculares vaya a extenderse por mucho más tiempo. Quizás haya alguno más, como el trasplante de brazo "por encima del hombro" que estudia practicar el cirujano valenciano Pedro Cavadas, como anunció el viernes pasado. Pero los especialistas apuntan que el futuro pasa por la fabricación de órganos a partir de biomateriales y el empleo de células madre del propio paciente que esquivarían los problemas de rechazo, uno de los grandes inconvenientes de esta técnica, y la escasez de donaciones. El trasplante convencional (extraer tejidos u órganos de una persona para injertarlos en otra) podría está llegando al final de su recorrido por limitaciones técnicas (se desconoce cómo reconectar secciones del sistema nervioso central) y éticas: "No todo lo que se puede hacer se debe hacer", como indica el responsable de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz.

"No todo lo que se puede hacer se debe hacer", indica Rafael Matesanz.

La polémica rodea al trasplante de útero, un órgano no vital.

El trasplante de cerebro en realidad sería un injerto de cuerpo.

Hace un mes se practicó el primer implante de órgano sintético.

Un ejemplo de este último caso es el polémico trasplante de útero. Existen opiniones encontradas sobre si está o no justificado. Técnicamente es posible y no supondría mucha mayor dificultad que el de riñón. Pero ¿vale la pena en términos de coste-beneficio? El equipo del Hospital Universitario Sahlgrenska de Gotemburgo (Suecia), que está trabajando en ello para principios de 2012, sostiene que sí. La paciente, Sara Ottson, de 25 años, padece el síndrome Rokitanski-Küster-Hauser, que afecta a 1 de cada 5.000 mujeres y que implica nacer sin útero y sin algunas partes de la vagina. Sara quiere tener un hijo y lo hará gracias a su madre, Eva Olson, de 56 años, que será la donante y que le prestará el órgano en el que la receptora fue gestada. Éste es, sin embargo, el menor de los debates éticos que plantea la intervención. "Como madre me han planteado todas estas preguntas. Es la única forma en la que mi hija podría tener un bebé", respondió Eva a la BBC en una entrevista. "Las dos somos mujeres muy racionales y pensamos que solo se trata de un órgano".

La cuestión de fondo es si el hecho de que Sara pueda tener un hijo (que sería concebido por técnicas de reproducción asistida y nacería por cesárea ya que el útero trasplantado no soportaría un parto natural) compensa todos los riesgos a los que se exponen madre e hija. Es decir, una intervención previa de unas tres horas para extraer el órgano de la madre (con todos los peligros que ello supone) seguida de una compleja operación de implante de otras tres horas con la dificultad añadida de la difícil ubicación del útero y la reconexión de los dos largos vasos sanguíneos que alimentan al órgano. Además, se desconoce si el útero en su nueva ubicación puede ser completamente (o incluso suficientemente) funcional para poder soportar un embarazo y llevarlo a término.

Todo ello mientras se somete a la madre a la agresiva medicación inmunosupresora que se administra a los receptores de trasplantes para evitar que rechacen el injerto y sin perder de vista que, si todo sale bien, habrá que extirpar el útero a la madre cuando dé a luz, lo que supone una nueva cita con el bisturí.

En el caso de la sanidad española, aún es más cuestionable que una red pública, con unos recursos cada vez más justos, deba de correr con los gastos en un caso en el que no se trata de salvar una vida, como en un trasplante de corazón, pulmón o hígado, sino de ofrecer a una mujer la posibilidad de sentir la maternidad.

El codirector del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) y jefe de servicio de ginecología y obstetricia del hospital La Fe de Valencia, Antonio Pellicer, se ha mostrado partidario de esta posibilidad para quien carezca de útero y quiera experimentar la gestación en primera persona. Este investigador ha indicado en distintas ocasiones que habría demanda de mujeres para someterse a esta intervención y que no hay que desdeñar la importancia del deseo de ser madre.

Rafael Matesanz no es de la misma opinión. El responsable de la ONT, el organismo encargado de conceder la autorización en España, cree que este caso es un ejemplo de que no todo lo que técnicamente puede hacerse debe hacerse. Matesanz destaca que para ser madre hay alternativas útiles que van desde la maternidad subrogada (los llamados vientres de alquiler, el acuerdo económico para que una mujer geste un hijo ajeno) hasta la adopción. Además, insiste en que el útero no es un órgano vital como pueda ser un corazón, un pulmón o un hígado. Es cierto que tampoco lo son unas piernas, un brazo o una cara. Sin embargo, en estos casos, sí existía un saldo positivo en la relación coste-beneficio. "Si faltan dos brazos el grado de discapacidad es enorme, no puedes comer, abrir una puerta... en estos casos merece la pena pasar por una operación compleja, la inmunosupresión y una larga rehabilitación porque aportas autonomía a la persona y se mejora sustancialmente su calidad de vida". Lo mismo supone con la cara (hay pacientes con problemas de deglución por no hablar  del rechazo social que sufren) o las piernas, siempre que no existan prótesis que permitan a la persona moverse con libertad. "En estos casos se solucionan problemas que no tendrían remedio de otra forma más allá del trasplante", explica Matesanz.

"No es mi campo, pero considero que hay una desproporción entre medios y beneficios a obtener", añade respecto al trasplante de útero el cirujano Tomás Gómez Cía, director de la unidad de gestión clínica de cirugía plástica y grandes quemados del hospital Virgen del Rocío de Sevilla y responsable del segundo trasplante de cara hecho en España.

El desequilibrio entre riesgos y beneficios, como advierten distintos especialistas en el trasplante de útero, marcaría uno de los límites de esta técnica. Otro tiene que ver con el desarrollo de la tecnología y el conocimiento científico.

A medida que avanzó la investigación se fueron sucediendo los éxitos médicos. Tras el primer trasplante de córnea (1905) llegó décadas más tarde el de riñón (1954) y de corazón (1967). Entre otros, esta técnica se aplica también en la piel, pulmón, hígado, hueso, páncreas y colon; además de cara, piernas, brazos o pared abdominal. En el área ocular se ha logrado resolver con éxito el trasplante de limbo corneal o de glándulas lacrimales. Incluso de párpados, uno de los puntos más críticos del trasplante de cara, ya que los párpados son muy susceptibles a infecciones que pueden acabar en ceguera. Sin embargo, la medicina aún no es capaz de hacer frente a un trasplante de ojos, por ejemplo. Para trasplantar un globo ocular e injertarlo en el donante haría falta cortar el nervio óptico, el cable que transmite la visión al cerebro. "Pero una vez seccionado, no sabemos cómo regenerarlo", apunta Matesanz. "Lo mismo pasaría con los oídos". Este problema es el que está detrás de la imposibilidad de devolver la movilidad a pacientes con paraplejias o tetraplejias. Una vez seccionada la médula, no hay forma de volver a conectar las conexiones nerviosas interrumpidas del sistema nervioso central.

Por este motivo tampoco sería posible trasplantar un cerebro, una intervención que implicaría seccionar el sistema nervioso central al separar el órgano de la médula y del resto de conexiones (oído, vista). Se han trasplantado células de la sustancia negra del cerebro, una técnica experimental para combatir el párkinson. Pero el trasplante de cerebro sigue siendo un reto propio de la ciencia ficción o la literatura fantástica.

Ese hipotético injerto tendría sentido, por ejemplo, en el caso de personas que padecieran una enfermedad degenerativa que estuviera afectando al cuerpo (una esclerosis lateral amiotrófica, por ejemplo), pero no a su cerebro. Sería la forma de rescatar un cerebro (y por ello una vida y una persona) de un cuerpo enfermo. Aunque más que de cerebro habría que referirse a este tipo de operación como trasplante de cuerpo. En este órgano es donde reside la vida y la personalidad. Y la regla de oro de la donación es que los órganos se extraen cuando el paciente se encuentra en estado de muerte cerebral, por lo que, en esta situación, el cerebro no se podría trasplantar. Lo que sucede en este caso es que lo que se donaría sería el cuerpo para servir de receptáculo al cerebro, que, en esencia, sería el receptor. Lo que ya comienza a ser una realidad es el desarrollo de órganos o tejidos creados con células madre, el camino por donde discurrirá el futuro de la terapia de trasplantes a juicio de Matesanz o Gómez Cía.

Existe una primera experiencia de éxito. A principios de junio, cirujanos del hospital Karolinska de Estocolmo (Suecia) trasplantaron a un enfermo con cáncer de 36 años una tráquea sintética.
Básicamente, se trata de un tubo (un compuesto polimérico) poroso colonizado por células madre que es una réplica perfecta de la tráquea original del paciente y que se tarda pocos días en confeccionar.

El hospital Clínic de Barcelona ya realizó una intervención similar en 2008. En esta caso se usó una tráquea de donante que, tras someterse a una limpieza especial para eliminar las células del donante susceptibles de despertar una reacción de rechazo, fue recubierta por células del receptor (epiteliales de la nariz y células madre de la cadera). La mira está puesta ahora en órganos complejos. Hay pruebas con animales en vejiga o tejido cavernosa del pene. Un equipo de la ONT, el hospital Gregorio Marañón de Madrid y la Universidad de Minnesota trabaja en la creación de corazones, hígados o riñones bioartificiales bajo una filosofía similar a la experiencia del Clínic de 2008.

En el horizonte final está la posibilidad de crear órganos de repuesto para sustituir corazones, pulmones o hígados enfermos solo con células madre, aprovechando su extraordinaria capacidad de proliferación y diferenciación. Pero aún quedan muchos obstáculos que salvar.

Preguntas y respuestas:

1. ¿Es cuestionable el trasplante de útero?
Sí, ya que es una cosa que no va salvar vida y además tiene muchos riesgos, aunque en algunos casos para algunas personas es díficil pensar aí como en el caso de Sara Ostton, ya que nación sin útero.

2.¿Cómo se ha conseguido trasplantar una tráquea?
Con un tubo sintético colonizado con células madres del paciente.

3.¿Qué problema técnico presenta al trasplante de cerebro, médula, ojos u oídos?
Porque una vez que se corta no se sabe como regenerarlo, una vez seccionada la médula no hay forma de volver a concetar conexiones nerviosas del sistema nerviosa central.

4.¿Cómo se pretende superar el síndrome de Rokitanski-kÜster-Hauser en Suecia para permitir la gestación?
Mediante trasplante de útero.

5.¿Cómo se pueden "fabricar" órganos para trasplantes y que ventajas tienen?
Con biomateriales y células madre del paciente y las ventajas que así se evitara la escasez de órganos y rechazo.







 


 

TEMA 3 "ACTIVIDADES"

ACTIVIDADES

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Previsiones para la diabetes
El incremento de los casos de diabetes tipo 2 está asociada a la alimentación y al estilo de vida sedentaria.
Sus síntomas aparecen en la edad adulta y se perfila como el principal factor del aumento global de casos de diabetes en el mundo.
El siguiente mapa muestra las predicciones para el 2025.
 
 
A) ¿De qué variables crees que puede depender el incremento del porcentajes de diabéticos en una zona geográfica?
 Depende generalmente del estilo de vida.
En el Norte de América, se produce por la mala alimentación.
En África,antes y actualemente tienen escasez de alimentos y aumentara la alimentación y esto sera el causante de la diabetes.
En Europa, también depende de la mala alimentación.
En Australia, debido a que viven muy pocas personas y las variaciones son poco notables.
En Rusia, debido al elevado consumo de alcohol.
 
B) Propón actuaciones para reducir esta tendencia.
Propongo lo que todos supongo, una vida sana, es decir, hacer deporte, no fumar ni beber alcohol, comer verduras y proteínas, tener una dieta baja en grasas.

Gasto Sanitario
Estadística año 2005
Andalucía- 1017€uro por persona y año.
Aragón- 1279 €uro por persona y año.
P. de Asturias- 1231 €uro por persona y año.
Illes Balears- 1126 €uro por persona y año.
Canarias- 1128 €uro por persona y año.
Cantabria- 1355 €uro por persona y año.
Castilla y León- 1187 €uro por persona y año.
Castilla-La Mancha- 1099 €uro por persona y año.
Cataluña- 1105 €uro por persona y año.
Extremadura-1211€uro por persona y año.
Galicia- 1203 €uro por persona y año.
La Rioja- 1231 €uro por persona y año.
C. de Madrid- 1046 €uro por persona y año.
Región de Murcia- 1136 €uro por persona y año.
C.F. de Navarra- 1199 €uro por persona y año.
País Vasco- 1218 €uro por persona y año.
C. Valenciana-1035 €uro por persona y año.

El gasto de la sanidad pública en España aumenta año tras año. Se ha apuntado que en buena parte esto puede ser debido al envejecimiento de la población y al incremento del consumo farmacéutico, ligado a la aparición de nuevos medicamentos.

A) ¿Explica esto los datos del gráfico sobre el gasto por individuo en las distintas comunidades autónomas? Razona tu respuesta.
Es como anteriormente han nombrado a el envejecimiento de la poblaión, también al estilo de vida de las perosonas que no llevan la mayoría un estilo saludable y tras ello podrán tener enfermedades, como cardiovasculares y nuevas enfermedades, lo que lleva un elevado gasto sanitario en medicamentos y servicio al paciente y la investigación a nuevos tratamientos de dichas enfermedades.
B)¿Existen otras variables que puedas imaginar?
Quizás por la mala gestión , también por el uso abusivo de medicamentos, de urgencias innecesarias....

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Pruebas Frecuentes
Trata de recordar las pruebas médicas que te hayan hecho hasta el momento (análisis de sangre, de orina, radiografías, etcétera) y anótalas en tu cuaderno.
A continuación, pon en común tus resultados con el resto de compañeros de clase y haz un alista con todas las pruebas.
Análisis de Sangre- Anemia
Análisis de Orina- Infección urinaria
Radiografía de Rodilla Derecha- Inflamación Cartilago
A) Realiza un histograma con los datos totales.


B) ¿Cuál es la prueba diagnóstica más frecuente? ¿Y la más extraña?
La más frecuentes son las anteriormente nombradas como, análisis de sangre, análisis de orina y radiografía.
La más extraña no está nombrada anteriormente, pero podría ser la de tinción de muestras biológicas directamente por la bacteria.

Actividad Física
Algunos estudios recientes sugieren que la clave para poder disminuir la obesidad juvenil no radica en someterse a estrictas dietas, sino que está más relacionada con la falta de ejercicio físico. A continuación, observa las tablas que muestran el porcentaje de chicos y chicas adolescentes que han realizado algún ejercicio físico en una semana.

A) Con los datos de las tablas realiza un histograma para las adolescentes que realizan ejercicio los siete días de la semana.


B) ¿Qué grupos de adolescentes piensas que son los más activos físicamente? Razona tu respuesta.
Parece ser que por la gráfica y los datos que tenemos son los que tiene de 11 a 12 años., tanto de chicas como de chicos.
C) ¿En qué grupo te encuentras tú? ¿Piensas que hace ejercicio físico?
Correspondo a los de 18 años, considero que no hago suficiente ejercicio físico.

Tasa de Trasplantes
El porcentaje de donación de órganos en España ha aumentado en los últimos años.
A) Averigua qué lugar ocupa en Europa. ¿Y en el mundo?
En Europa, España ocupa el primer lugar.
En el mundo también ocupa el primer lugar.
B)¿Puedes estimar cuántos trasplantes se han llevado a cabo en tu comunidad autónoma en 2006?
En los hospitales públicos de Andalucia se realizaron durante 2006 un total de 259 donaciones de órganos, lo que permitió a los equipos trasplantadores efectuar 617 trasplantes de órganos, frente a los 578 efectuados en 2005.